El año pasado, la
Republica Federal de Alemania aprobó la participación del gobierno en el rescate de
la economía griega. En esa oportunidad
el Gran Intérprete puso como condición que el Parlamento controlará las
decisiones del Primer Ministro, cada
vez que los desembolsos extraordinarios hacia Europa comprometieran la salud de la economía germana . Al fin y al cabo el origen histórico de los
parlamentos tuvo lugar, allá y en todas partes, en la exigencia del control
sobre el presupuesto, las finanzas y la creación de los tributos.
Pero el
Bundestag dispuso que el control sobre los desembolsos destinados a garantizar la
estabilidad de la economía europea sea ejercida por una comisión especial. La Comisión se reunía en secreto y estaba integrada por nueve de los cuarentaiun miembros
de la Comisión de Presupuesto.
Frente
a ello, los parlamentarios socialdemócratas Peter Danckert y Swen Schulz, solicitaron
que el Tribunal Constitucional “metiera su cuchara” una vez más. Uno de sus argumentos era que la referida Comisión lesionaba los derechos de los demás representantes.
El
Tribunal les ha dado la razón y ha exigido en su sentencia que tanto el
Gobierno como el Parlamento diseñen un nuevo sistema de control, a fin de que
haya una mejor representación del Parlamento Federal . Los magistrados consideraron que nueve
miembros es un número insuficiente para
tomar decisiones de esa envergadura.
¿La Justicia diciéndole al Parlamento y a la Primera Ministra como deben
interactuar en materia económica?
Allá no es una herejía. En el Perú sería un escándalo. Prevaricato, prevaricato imprecarían algunos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario